Colonia Procats
Finales felices

Finales felices

Aunque nos iniciamos con gatos ferales y es donde tenemos más experiencia, año tras año han aparecido en nuestro camino animales exóticos necesitados.

En los casos de fauna urbana y silvestre, hablar de «finales felices» supone que se estabilicen y sean liberados en su hábitat natural: son procesos que duran entre 2 a 6 meses en los que tenemos al animal (normalmente aves: palomas bravías, torcaces, tórtolas, gorriones, etc.) en un transportín o jaulón de tela, según su situación, en nuestra casa, y va yendo a sus revisiones veterinarias hasta que le dan el alta. Siempre son vacunadas, desparasitadas y anilladas antes de soltarlas. Los casos más comunes son fracturas de alas o patas, polluelos caídos del nido, deshidrataciones, golpes de calor o estar bajas de defensas. Hacemos el protocolo de liberación si no se van a un voladero y se hace desde allí. Con esto, queremos concienciar a la gente: todo es posible siempre que nos involucremos y queramos ayudar a estos pobres animales. Nosotras siempre estamos dispuestas a dar apoyo informativo a quien nos escriba para tener unas pautas de cómo actuar.

Otros finales felices son para aquellos peques caseros, improntados, incautados de viviendas, gente que los abandona o quienes provienen «defectuosos» de tiendas o criaderos. Suelen ser ratas, hámsters o pequeñas aves como canarios o diamantes mandarines.